jueves, 23 de abril de 2009

Uganda denuncia presiones de la ONU para aceptar la homosexualidad
Uganda es el país con el descenso más espectacular de Sida en África y ha basado su modelo de lucha contra la enfermedad en el rescate de la familia tradicional.
Maria Ozores

El ministro de Estado de Uganda para la Ética y la Integridad, James Nsaba Buturo, ha denunciado que la ONU pretende imponer la aceptación de la homosexualidad en países soberanos a través de misiones encubiertas. El ministro manifestó que Uganda no se someterá a la presión internacional en lo que ha calificado “prácticas anormales”.

“Uganda no se verá obligado a legalizar prácticas que son ilegales, antinaturales y anormales”, y añadió “en las Naciones Unidas hay intentos de algunos países de imponer la homosexualidad en otros países como el nuestro”. Buturo constató que había hablado con el representante de Uganda ante las Naciones Unidas para animarle a mantenerse firme contra la intimidación y la presión que se está ejerciendo para cambiar las leyes en Uganda que defiende el matrimonio tradicional y sexualmente natural.

Buturo ha afirmado que “es deber de los ugandeses estar vigilantes de la inmoralidad, porque se están utilizando todas las mentiras y engaños para hacerle daño a nuestra sociedad”, además explicó que había hablado con el embajador de la ONU en Uganda, Ruhakana Rugunda, para recordarle la posición de Uganda que “se opone a la legalización de la homosexualidad”.

El ministro para la Ética y la Integridad lamentó que se les llamara “extremistas” y anunció que “vamos a hablar con países con los que compartimos la misma creencia en la no legalización de la homosexualidad”.

El país con el descenso más acentuado de enfermos de Sida en África

Uganda representa el descenso más espectacular de enfermos de Sida ya que pasó de tener 1.100.000 infectados en 2001 a 940.000 en 2007, pero si se constata el porcentaje de los últimos 17 años pasó de casi un 14% a un 5,4%. Uganda consta de un contingente numeroso de cristianos en su población y no ha basado su estrategia en la lucha contra el Sida en el uso del preservativo sino en el rescate de la familia tradicional africana.

Los países del África subsahariana han roto con su modelo tradicional de familia y se ha extendido desorbitadamente la práctica de la prostitución. La pauta cultural y religiosa de un país es determinante para el avance y el retroceso del Sida. En los países musulmanes el nivel de incidencia del Sida en la población es mínimo, a pesar de que se practica la poligamia y la práctica del preservativo es ignorada.

Campañas informativas

La Red de la Vida Familiar de Uganda organizó el mes pasado un seminario titulado “La exposición de la verdad detrás de la homosexualidad y los homosexuales” que se centró tal y como explicó el director, Stephen Langa, “en información fiable y actualizada para que la gente pueda saber cómo protegerse a sí mismos, sus hijos y sus familias de la homosexualidad”.

Langa advirtió que “una bien organizada y financiada maquinaria homosexual se está desarrollando en un país tras otro para despenalizar las prácticas homosexuales y legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo”. “Uganda está ahora bajo una presión extrema para despenalizar la homosexualidad”, concluyó.

El sida, en África como en Washington

Ignacio Aréchaga
Hay un tipo de periodista occidental que cuando va en el avión del Papa a África ya tiene una pregunta preparada, que a su juicio resume todo el viaje: ¿Por qué la Iglesia no bendice el preservativo para luchar contra el sida que causa tantas muertes en África? Si el Papa da una respuesta con matices, en la que hace ver que la prevención del sida exige cambios de conducta más profundos sin los cuales el mero uso del preservativo no mejorará la situación, este periodista sólo retendrá una idea: la Iglesia rechaza el preservativo para combatir el sida, y a partir de ahí ejercerá su derecho a escandalizarse en titulares.

La escena ha vuelto a repetirse en el viaje de Benedicto XVI a Camerún y Angola. Lo que el Papa dijo es que “no se puede resolver este flagelo simplemente con la distribución de preservativos; al contrario, existe el riesgo de aumentar el problema. La solución sólo se logrará actuando en dos frentes. El primero es una humanización de la sexualidad. En segundo lugar, una verdadera amistad, sobre todo con las personas enfermas. Estos son los factores que ayudan a progresos visibles”. Y señaló cómo la Iglesia católica está absolutamente presente en esta lucha contra el sida, con su servicio a los enfermos. Para los críticos de esta postura, todo lo que no sea distribuir condones es “irrealista y poco eficaz”. Pero no da la impresión de que sean condones lo que más escasee en África.

Tampoco en Washington los preservativos han sido la panacea para la prevención del sida. Según un informe, un 3% de los habitantes está infectado por el VIH, lo que supone haber sobrepasado el umbral del 1% que define una “generalizada y severa” epidemia. “Nuestra tasa es superior a la de África Occidental”, ha dicho Shannon L. Hader, directora del programa sobre el sida en el distrito. Washington D.C. tiene la tasa más alta de infección de EEUU.

Tampoco en Washington el problema parece ser el acceso a los preservativos. De hecho, hay un programa de distribución gratis de condones, que el año pasado proporcionó 1,5 millones de unidades. Según el informe, el sexo entre homosexuales sigue siendo la principal fuente de contagio. Según otro estudio sobre las relaciones heterosexuales en el distrito hecho por la Escuela de Medicina de la George Washington University entre 750 participantes, casi la mitad de los encuestados reconocen haber tenido varias parejas sexuales simultáneas en los últimos doce meses. Tampoco queda lejos el contagio por drogas intravenosas.

Cabe pensar que sería muy sano en Washington lograr esa “humanización de la sexualidad”, que propugna Benedicto XVI. La situación de Washington indica también que la lucha contra el sida va muy unida a la lucha contra la pobreza. Entre los encuestados el 60% dice ganar menos de 10.000 dólares anuales, un porcentaje similar no ha estado nunca casado y un 43% están desempleados. Son situaciones que, como en África, no se arreglan con preservativos.

Cuando el único cambio que se propugna es el uso de preservativos, puede ser la excusa para soslayar los cambios de conducta que exige una vida sana. Es un criterio que sirve tanto para África como para Washington.

Lo que no se entiende es por qué le preguntan al Papa por el sida cuando viaja a África y no cuando va a EEUU.

La historicidad de la resurrección de Jesucristo
"La fe de los cristianos –escribió en el siglo V San Agustín– es la resurrección de Cristo. No es gran cosa creer que Jesús ha muerto; esto lo creen también los paganos; todos los creen.
Jesús de las Heras Muela

Lo verdaderamente grande es creer que ha resucitado". Y esta fe de la Iglesia –la piedra angular sobre la que sostiene la Iglesia y la esperanza de la humanidad– es lo que acabamos de celebrar en Semana Santa y lo que ahora durante cincuenta días podemos y debemos seguir celebrando y degustando.

Además esta creencia no es vana, ilusoria o acientífica, sino que se basa en relatos de la primerísima hora del cristianismo y en el incontestable testimonio de cómo aquel minúsculo, aterido y despavorido grupo de seguidores de Jesús se convirtió en pocas décadas después en la mayor y más decisiva fuerza religiosa y social de la historia. Si Cristo no hubiera resucitado, los romanos y los judíos habrían podido descubrir su cadáver o la falsificación sobre su tumba vacía y la creencia en su resurrección. Nadie más interesado que ellos al respecto. Y no lo lograron.

No obstante, una determinada cultura, con expresiones en la literatura y en cine, llevan algunos años impugnando y ridiculizando esta verdad. Un ejemplo reciente de ello –un tanto patético, por cierto- lo ha constituido un documental de James Cameron.


"La tumba de Cristo" de James Cameron

En una nueva farsa publicitaria, en un nuevo engaño mercantilista, hace un tiempo apareció el documental titulado "La tumba de Cristo", producido y emitido por Chanel Discovery TV y dirigido por James Cameron, el director de la laureadísima "Titanic", espléndido filme que a todos nos conmovió. Este documental, sin embargo, es una mentira, una patraña sobre la supuesta tumba de Jesucristo, de su también supuesta mujer María Magdalena y el hijo de ambos, llamado Judas. Se trata de una nueva falsedad, de un grave timo a la arqueología, a la historia y a la religión y al más elemental sentido común y, ante todo, de una nueva manifestación de la ilimitada capacidad de engañar y de estafar con todo el descaro del mundo con tal de sacar dinero y de lograr notoriedad pública. Esta es la "película" de hechos:

1.- El lunes día 26 de febrero, en el contexto de la entrega de los Oscar y en el inicio de la cuaresma cristiana, James Cameron anunciaba a bombo y platillo que el domingo día 4 de marzo se estrenaba en la Canal televisivo Discovery un documental, dirigido por él, sobre la tumba de Jesucristo.

2.- Dicho documental, supuesto fruto de cinco años de trabajo, llevados en el más riguroso de los silencios, demostraría además no sólo la existencia de la tumba de Jesús y sus restos mortales, sino también los osarios de una mujer llamada María Magdalena, un niño llamado Judas y los restos que otras personas, que podrían ser la madre y los hermanos de Jesús.

3.- Como toda prueba científica para verificar tal despropósito, se aducían las inscripciones en las tumbas de los citados nombres –eso sí, sin más apellidos ni señas– y unas genéricas constataciones acerca de la datación de las tumbas y de los osarios, que podrían remontarse a hace dos mil años, más o menos.

4.- Con tan peregrinas verificaciones, James Cameron anunciaba que su documental demostraba, de un lado, la existencia histórica de Jesús –¡gracias, Cameron...!– y, de otro lado, que estuvo casado con María Magdalena –faltaría más– y que tuvo un hijo, llamado Judas, faltaría también más y claro, no una hija llamada Sara como los años pasados hubimos de soportar de los bodrios novelísticos y fílmicos de Dan Brown.

5.- Inmediatamente después del anuncio de James Cameron, quien al ganar hace una decena de años un montón de Oscar con "Titanic" se autoproclamó el rey del mundo y quien ahora sí que va a naufragar y naufragar del todo, el arqueólogo judío que en 1980 descubrió la tumba calificó de imposibles las tesis de Cameron, a las que descalificó rotundamente, tildándolas de puros reclamos publicitarios y mercantilistas. En la misma línea, se pronunciaron otros muchos arqueólogos e historiadores.

6.- Entre los argumentos que barajaban estos arqueólogos serios, se hallan la multitud de inscripciones que llevan el nombre de Jesús, la improbabilidad de que un galileo se hubiera enterrado en Jerusalén, las falsificaciones de los últimos años en estas materias ya que cada poco tiempo aparecen tumbas nuevas y maravillosas y el poco rigor del trabajo del equipo de Cameron.

7.- El secretario de la Pontificia Comisión de Arqueología Sacra, por su parte, calificó de arqueología fantasiosa, de falseamiento de la historia y reconstrucción puramente mediática y comercial el "hallazgo" y la película de Cameron, a la que califica de "especulación absurda e interesada".


Las razones que avalan la Resurrección

Si todos estos argumentos ya deberían bastar para desmontar y olvidarnos de este nuevo invento e injuriosa mentira, los cristianos debemos saber más y debemos tener más razones todavía para su rechazo y para garantizar la historicidad de la resurrección:

1.- Claro que Jesús de Nazaret fue un personaje histórico, dos años mil antes de que James Cameron necesitara dinero fresco y se reinventara su historia.

2.- Claro que Cristo murió y que fue sepultado, eso sí en la actual basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén, tal y como demuestran la más seria y rigurosa de las arqueologías modernas.

3.- Cristo resucitó y la resurrección es un hecho metahistórico, pero cierto e indudable tal y como prueban el sepulcro vacío, las apariciones, los persistentes testimonios cristianos del primerísima hora, la no impugnación del hecho por parte de sus contemporáneos, la transformación posterior de sus apóstoles y discípulos, la sangre de tantos mártires, los criterios de las múltiples fuentes, la convergencias y congruencias de los testigos y de los relatos, lo insólito y definitivo del anuncio y tantas y tantas otras razones.

4.- Son un "camelo" y una grave falta de respeto y de dignidad los continuos "rollos" sobre si Jesús se casó o dejó de casarse con María Magdalena, tema sobre el que no tenemos ningún prueba ni indicio medianamente aceptable, sino todo lo contrario.

5.- Cristo resucitó y, por ello, su tumba estuvo y está vacía, no hay huesos ni restos, ni ADN, ni nada de nada, porque Cristo vive.

6.- La historia de la Iglesia y del cristianismo, con sus luces y con sus sombras, con sus santos y con sus pecadores, es también prueba irrefutable de que Cristo vive, de que resucitó.

7.- Por ello, todo ello, proyectos e iniciativas como la de Cameron son una un delirio de grandeza, un insulto a la inteligencia, una falta de respecto a los cristianos de nuestra hora y de toda la historia y un indisimulado afán de búsqueda de dinero, de notoriedad y de manipulación interesada. Cameron se lo pierde y a este nuevo "Titanic" suyo de "La tumba de Jesús" no lo sacará nadie de las profundidades del océano de la vulgaridad, del mercantilismo y de la estupidez.

Y son, además, otra constatación de la existencia, de la grandeza y de la misma resurrección del Señor, porque de lo contrario no merecería ser objeto de tanta polémica.

Entrevista de LA NACION con el sacerdote que luego fue amenazado

El párroco de la calle de la muerte

Jorge Fernández Díaz
LA NACION

El padre Pepe, coordinador del grupo de sacerdotes que denuncian el paco Foto: LA NACION / Fernanda CorbaniEl párroco de la calle de la muerte, por Jorge Fernández Díaz

Días atrás, LA NACION estuvo en la villa 21 con el padre José Di Paola, uno de los sacerdotes que a comienzos de mes declararon que la droga estaba despenalizada "de hecho" en las villas. Ayer, el cardenal Bergoglio denunció que uno de esos curas fue amenazado de muerte. Esta nota cuenta la lucha de Di Paola para recuperar a chicos que han caído en el paco.

"Che, dale, déjense de joder -dijo el hombre-. Si ya les dimos la guita..." Estaba en el piso, rodeado de chicos de ojos turbios y revólveres negros, y se refería al pago del peaje que usualmente le cobraban para entrar en la villa 21. El hombre se llamaba Angel, tenía 66 años y era repartidor. Siempre pagaba para entrar a hacer su trabajo y ahora querían cobrarle también la salida. "Callate, viejo, porque te pego un tiro", le respondió uno de los chicos, y como vio que Angel quiso incorporarse para tratar de hacerlo entrar en razones, le disparó directamente a la cabeza. Fue un balazo seco. Angel quedó tendido en esta misma calle, Osvaldo Cruz, por la que camino ahora con el corazón en la garganta.

Cuando le di la dirección al remisero que me llevaba, se puso blanco. Me rogó que no lo obligara a entrar por esa calle de Barracas en esa ciudad de la pobreza donde viven más de 45.000 personas. Un policía que no tiene jurisdicción en la villa me hace la gauchada de acompañarme hasta la parroquia. Mientras caminamos por esa calle todos nos miran. El policía va contándome historias oscuras, muy oscuras. Hace muchos años que no tengo tanto miedo y siento una vergüenza íntima. Cuando era cronista policial, no tenía miedo a nada, pero eso pasó hace mucho tiempo, de una villa son gente trabajadora y noble: los hombres se ocupan como albañiles o vendedores ambulantes, y las mujeres, como empleadas domésticas. También sé que esa gente sufre más que nadie la inseguridad, y que la miseria envilece. Pero no puedo evitar pensar en ese 5% que integran los asaltantes, los traficantes y los adictos desesperados. Yo no cuento con más armas que mi libreta negra y mi mochila, donde llevo recortes de prensa: una reciente cacería humana durante la que asesinaron a cinco personas, ajustes de cuentas entre bandas rivales, homicidios solitarios por alguna bronca y revelaciones escalofriantes de un cura.

Todos le dicen padre Pepe, pero se llama José María Di Paola, tiene 46 años, oficia de coordinador del Equipo de Sacerdotes de Villas de Emergencia y es el párroco de la calle de la muerte. Hace unas semanas puso la cara en una conferencia de prensa, para explicarle al país que el problema no eran los habitantes de la villa, sino el narcotráfico y la inacción completa del Estado y la Justicia. Muchos niños y adolescentes portan armas y consumen droga sin que nadie persiga a los traficantes, y entonces hacen de la villa tierra propia, es decir, tierra de nadie. Los sacerdotes hablaban en defensa de los propios pobladores de sus comunidades, que ven con impotencia la llegada de la peor de las plagas: el paco.

Hace cuatro o cinco años la "pasta base", que antes era un mero desecho químico de la cocaína, se transformó en una mercancía de primer orden y se masificó en las zonas marginales. El paco cuesta muy barato y su consumo creció un 200% en la Argentina. A sus consumidores primero los pone eufóricos y luego fisurados; no tarda en volverlos adictos. Rápidamente, entran en una fase de alucinaciones, paranoias y agresiones salvajes. Se los conoce como los "muertos vivos". Son como vampiros de un elixir que se mezcla con viruta de metal y ceniza, que se arma con latas agujereadas y que conduce a la muerte cerebral en seis meses. La "latita" los vuelve erráticos y violentos, y la desesperación por conseguir dinero, en asesinos voraces. El paco rompió todos los códigos de convivencia. Hasta los códigos de los mismísimos "pibes chorros". En cualquier esquina de Buenos Aires puede verse a los "muertos vivos" vagar sin rumbo, o tirados en una vereda. A veces, un chico pacífico cambia de pronto de personalidad y comete un crimen sangriento por dos monedas. En ocasiones, los miembros de una bandita actúan como pirañas, atacan todos juntos a cualquiera, lo golpean y lo desvalijan en segundos en busca de recursos para seguir comprándoles a los vendedores de paco las dosis de esa misma tarde.

Me intriga cómo hace para vivir y luchar contra esta legión de problemas el párroco de la calle Osvaldo Cruz. Cuando entro en la sombra de un edificio humilde, con una iglesia y un patio techado y un aula donde varias mujeres hacen un taller de cerámica, me recibe un arcángel desgreñado. Es un hombre curtido de pocos dientes y de una dulzura inexplicable, un ayudante de Dios. "Tiene que esperarlo un rato", me aclara. Hago fila con damas taciturnas, y siento que lentamente me vuelve al alma al cuerpo. Imagino afuera a los "muertos vivos" esperándome, pero ahora siento que no se atreverán a pisar tierra santa. Es un pensamiento irracional, que de nuevo me avergüenza, pero no puedo evitarlo. Pasan algunos minutos y aparece un chico corpulento vestido con una remera y tocado por una gorra puesta al revés. Trae cara de pocos amigos, y aunque le cedo amablemente mi lugar no me lo agradece. Tiene la mirada dura. El padre Pepe sale de su despacho y le entrega una llave. "Lo estamos recuperando del paco -me explicará después a solas-. Está en plena lucha." Pepe parece más joven de lo que es. A una amiga que lo vio en las fotos de los diarios y en los noticieros televisivos, se le escapó un piropo: "Es muy fachero, parece un cura Calvin Klein". La impresión personal le quita glamour : Pepe usa una modesta camisa azul de cura con clergyman y unos jeans gastados, tiene pelo largo y barba, y habla sin ego ni énfasis.

Al entrar en su diminuta oficina veo un póster que dice "el hambre es un crimen" y la pared abarrotada de fotos. Entre todas descubro a la Madre Teresa y al padre Carlos Mugica, y unos versos anónimos que terminan con una advocación significativa: "Tu me enseñaste que el hombre es Dios, y un pobre Dios crucificado como tú. Y aquel que está a tu izquierda, en el Gólgota, el mal ladrón, también es un Dios".

El gladiador vive en una casita trasera y, cuando no hay tiros ni dramas, se duerme a la medianoche leyendo estudios sobre las adicciones. Se despierta a las seis y media de la mañana, se ceba unos mates y se queda cuarenta minutos rezando el breviario. Recién después comienza a caminar el día. Sus padres viven en Burzaco, pero Pepe fue a un secundario de Caballito. Era un muchacho de clase media subyugado por la tarea evangélica del capellán. Iba caminando a Luján, participaba de grupos cristianos, hacía tareas sociales y dudaba entre ser cura o abogado, entre el Evangelio y el Código Penal. Al final terminó en el seminario y se recibió en la Facultad de Teología de la UCA. Es un ochentista, parte de la generación de las Malvinas, y nunca vio como un asunto ideológico su "opción por los pobres". Admira tanto a Mugica y Angelelli como a Don Bosco y Bergoglio. Antes de llegar a la villa 21 pasó por Ciudad Oculta. Cuando le propusieron ocupar la parroquia de esa calle muchos le preguntaban si estaba castigado. Llegó en 1997, con la idea de armar trabajos de prevención de la droga y la violencia, y también para organizar a los más jóvenes. Y se encontró con un panorama amenazante y desolador. Había desconfianza, desintegración y violencia. Tuvo en esos primeros tiempos miedo físico y espiritual. Todas las noches se iba a dormir con la misma pregunta: "¿Qué más puedo hacer? ¿Qué más puedo hacer, por Dios?" No ha dejado de preguntarse lo mismo en estos doce años.

Necesitaba cohesionar y la mejor ocurrencia tuvo que ver con la Virgen de Caacupé. Cuenta la leyenda que en este pueblo del Paraguay había un nativo que era artista de la madera, y que un día se internó en la selva en busca de los mejores materiales y que se sintió rodeado por miembros de la peligrosa tribu de los mbayas. Fue entonces cuando el pobre hombre se arrodilló y le prometió a la Madre de Cristo que esculpiría su imagen si salvaba su vida. El escultor se hizo de pronto invisible por la gracia de Dios y cumplió su promesa al construir la Virgen más venerada del Paraguay.

La mayoría de los habitantes de la villa 21 eran y son paraguayos, y Pepe entendió que era decisivo traer a la Inmaculada a este lugar. El santuario es de 1765 y el párroco no paró hasta que logró enviar a una comisión a buscar una réplica. La llegada a Buenos Aires fue apoteótica. Se hizo una misa en la Catedral y luego una muchedumbre marchó con la Virgen de Caacupé en una larga procesión a pie desde el Centro hasta Barracas, parando en distintas parroquias hasta alcanzar al final su nuevo y definitivo hogar, esa pequeña iglesia de la calle Osvaldo Cruz donde el padre José Di Paola esperaba, con miles y miles de devotos de la villa 21, la entrada de la sagrada imagen. Fue un momento emocionante y decisivo. Esa imagen de la Virgen articuló la devoción y permitió crear la base del milagro.

Di Paola y tres camaradas sacerdotes comenzaron a llevar el catecismo a las casas, abrieron capillas, organizaron escuelas de deportes y una escuela de oficios. Formaron un grupo de cuatrocientos hombres que militan y trabajan en tareas comunitarias, y convirtieron a cientos de adolescentes en niños exploradores. Los llevaron a campamentos en la provincia de Buenos Aires y también los hicieron viajar a Tandil y a Bariloche. Jamás hubo en ninguna de esas excursiones la más mínima inconducta. El padre Pepe sabe que el noventa y cinco por ciento de los villeros son honrados y pacíficos. Pero sabe también que el noventa por ciento de los delincuentes provienen de las villas y que esa inmensa minoría estigmatiza las barriadas pobres y deforma la verdad. Decir que los pobladores de una villa son ladrones equivale a pensar que todos los habitantes de San Isidro son ricos. En San Isidro hay, además de medio pelo y clase media pauperizada, varias villas miseria. No se imagina Di Paola regresando a un barrio porteño, donde las relaciones son tan individualistas y donde todos practican el autismo y la indiferencia. En su comunidad hay tragedias inconmensurables, pero también solidaridad, calidez humana, un amor límpido y desbordante. Una cosa es darle un plato de comida a una persona que tiene hambre. Otra muy distinta, y mucho más valiosa, es darle la mitad de tu plato, la mitad de tu pan, la mitad del cuarto de tu vivienda, la mitad de lo poquísimo que tenés. "Dar -decía la santa de Calcuta-. Dar hasta que te duela."

Los policías, los jueces, los ministros. Todos brillan por su ausencia en la villa 21. La droga está despenalizada y el paco es un tsunami. Con el paco pierden todos, me dice. Se nota un toque de angustia en su cara serena. Es un hombre que ha llorado mucho y al que se le han secado las lágrimas. Se le confunden en la memoria las palizas, los robos, las violaciones, los tiroteos y las muertes que vio. No quiere hablar de eso. Pero la epidemia de los "muertos vivos" lo tiene anonadado. Nadie hace nada. Todos prometen fondos y ayuda, hablan en los diarios y en la televisión, pero sólo del gobierno vasco logró un pequeño subsidio. Y con ese dinero insuficiente inició un centro de recuperación de adicciones: una salita de día, una granjita y una casa de medio camino, desde donde intentan que los recuperados se inserten de nuevo en la sociedad y no vuelvan a caer. Todo con ayuda de voluntarios, mangueando remedios y a veces haciendo el milagro de la multiplicación de los medicamentos. Puré de clonazepan para chicos alterados que quieren dejar de ser zombis.

Tiene en estos momentos ocho chicos camino de reconvertirse a sí mismos en personas. Ocho. Allá afuera hay dos mil "muertos vivos". Nacen y mueren varios de ellos todos los días. No puedo dejar de pensar que es un marinero en un bote perforado sacando agua con una cucharita.

Me muestra una foto de Pablo, un pibe violento que había sido esclavo del paco y al que, con muchísimo esfuerzo, Pepe fue rescatando del infierno. Pablo posa junto a un Jesús crucificado. Posa con orgullo. Di Paola le dijo que a él lo mandaban a un retiro espiritual quince días a Córdoba y le pidió que en esas dos semanas no saliera de su casa. "No salgas, Pablo, aguantame que vuelvo -le dijo-. No corras riesgos. No salgas." Pero al cuarto día Pablo se sintió fuerte y confiado, y salió a caminar por la villa. Y sus antiguos enemigos lo acribillaron a balazos en la calle.

Cuando el padre Pepe regresó a su casa en la 21 y se enteró del asesinato, se dobló de dolor y le flaqueó seriamente la fe. No la fe en Dios. Sino la fe en sus propias fuerzas, en la tarea de achicar el agua con una cucharita en medio de un maremoto. Pero, luego, el gladiador se levantó de ese desasosiego, se abrochó el clergyman y siguió adelante. Sembrar, sembrar, sembrar, se dice. Caerse y levantarse. Pero está muy solo. Unicamente lo acompañan sus feligreses, que lo adoran, los otros curitas y su obispo. El cardenal Bergoglio lo visita seguido. Viene en colectivo hasta la villa y confraterniza con los hombres y mujeres de la capilla de la Virgen de Caacupé. Una tarde, el hombre que hace cuatro años pudo haber sido papa estaba charlando con un grupo grande de albañiles, Uno de ellos se paró y dijo que hacía un tiempo le había ocurrido algo singular. Salía de una obra en un edificio en construcción de un barrio porteño y, al subir con sus compañeros al colectivo, mientras hablaban en guaraní y hacían bromas, el albañil divisó sentado en el fondo a Bergoglio. Les avisó a sus compañeros que era el mismísimo jefe de la Iglesia Católica argentina, pero no le creyeron. El albañil no pudo entonces con su genio, se acercó a Bergoglio, le preguntó si era quien era y le pidió la bendición. "Cuando bajé del colectivo, padre -declaró el albañil ante el silencio de todos-, les dije a mis compañeros: «Qué bueno tener un obispo que vive como nosotros»." A Bergoglio, que es un estoico, se le llenaron los ojos de lágrimas y lo quebró por un instante el llanto.

Una vez mataron a tiros a un vecino a la salida de una misa, en esa misma calle por la que entré caminando y por la que Di Paola anda como si fuera una celebridad, acaso el verdadero padre de todos, el jefe de la gran familia. Un padre joven y fachero, que jamás se jacta de nada ni levanta la voz, y que logró la unión en la fe de una zona populosa donde la cultura tumbera es minoritaria. Se escuchan mucho más polca, chamamé y canciones populares paraguayas que cumbia villera. Aquí están las víctimas. Los traficantes de droga y los mercaderes de armas tienen muchos billetes y viven fuera de estas barriadas. Di Paola visita enfermos, atiende problemas, da la extremaunción, reparte consejos y, por las noches, cuando tocan a su puerta, se pone su coraza de tela azul y acude corriendo a la escena del crimen. Vecinos asesinados. Adolescentes heridos de arma blanca. Niños lastimados. Venganzas. Dramas con gritos y sangre. Acusaciones y lamentos. El padre Pepe llega casi siempre primero: la ambulancia del SAME tarda mucho más, porque no entra en la villa sin la custodia de un patrullero de la Policía Federal. Y el patrullero viene cuando puede.

Al caer la noche todo se vuelve más siniestro. La oscuridad, en la tradición cristiana, está vinculada al mal. Y las tinieblas en la villa 21 son letales. Pepe me está diciendo todo esto mientras vemos, por la ventana, que el último sol se apaga. Pienso en los vampiros del paco, que me aguardan afuera. Di Paola me lee el pensamiento. "¿Cómo viniste hasta acá?", quiere saber. Le explico que el remise partió y le digo, haciéndome el valiente, que no se agite: voy a irme caminando. Son cuatro cuadras hasta Vélez Sarsfield, y ahí tomo un colectivo. "No, no -me dice-. La salida es más difícil que la entrada." Pienso en el repartidor de garrafas que mataron hace cuatro semanas de un balazo seco en esta misma calle de la muerte.

Salimos del despacho y Di Paola llama al arcángel desgreñado, que viene desde el fondo. "Llevalo hasta la avenida", le ordena. El ayudante de Dios asiente y Di Paola y yo nos damos un abrazo. Le digo la verdad. Le digo que fue un honor conocerlo. No sé cómo me va a llevar el arcángel y presiento que quiere que me suba a una bicicleta, porque agarra una y me llama desde el umbral. Vamos, me anima. Salimos a Osvaldo Cruz, y el hombre se me pone al lado, yo junto a la pared y él caminando con la bicicleta entre los dos. El arcángel, como una muralla o un salvoconducto ante las decenas de ojos que nos siguen con la mirada silenciosa del atardecer. Hay mucha más gente que antes y ya no queda un miserable rayito de sol. En una pared hay un dibujo colorido y una oración del Gauchito Gil. Salimos de la barriada y andamos despacio por ese corredor de asfalto que es más oscuro que la villa misma. El arcángel me va contando dos cosas: la santidad del curita y la maldición del paco. Al llegar a Vélez Sarsfield veo que mi fiel remisero me hace señas desesperadas desde la otra orilla. También veo que sigue pálido como un muerto. Gracias, amigazo, le digo al arcángel, y al darle la mano siento los callos y asperezas del trabajador incansable. Ese buen hombre común, ese ayudante de Dios, es como el promedio de todos aquellos siervos de la Virgen de Caacupé.

Cruzo la avenida y el remisero me dice que estaba asustado porque yo no salía y que no sabía si entrar o llamar al diario o avisar a la comisaría 32. Lo tranquilizo un poco. Este también es un buen tipo. Me subo a su auto y arrancamos. Y a medida que nos vamos metiendo en el centro de la ciudad tengo la impresión de que no puedo volver a ser yo mismo. Me pongo el reloj y prendo el teléfono, que había escondido durante todo este tiempo para no convertirme directamente en un blanco móvil, y las calles conocidas me devuelven una falsa sensación de seguridad. Pero lo real y lo imaginado durante aquel viaje al corazón de la plaga y el dolor no me abandonan. Me persiguen un larguísimo tiempo. Nos detenemos en una esquina céntrica y yo no puedo dejar de ver a esos tres chicos: no tendrán más de nueve años. Dos de ellos están fisurados, arrojados en una vereda. El otro camina unos metros con una cierta electricidad descoyuntada, errante en la sombra. Muertos vivos cruzando la noche, pienso, y miro el reloj. A esta hora el párroco de la calle de la muerte debe de estar caminando los pasillos de su laberinto. Qué cura testarudo. No sabe rendirse.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Testimonio de un Integrante de Servi Trinitatis

Hola, mi nombre es Aarón Ariel Jorge Lima Toledo, argentino, de la localidad de Lomas de Zamora (Buenos Aires), cristiano-católico por mis padres y por Jesucristo desde que cumplí mi primer año de vida. Hoy, a los 29 años, soy técnico químico, sacerdote y miembro del Instituto Secular "Servi Trinitatis".

Cuando corría el año 1993, al poco tiempo de entrar en la aventura de la adolescencia (tenía 15 años), aquellas personas con las que salía me presentaron a alguien, que por su aspecto novedoso, prohibido, oscuro y por su discurso: ¡Libertad! ¡Felicidad!, me sedujo y, libremente, comencé a seguirle a donde fuera. Su atracción fue tan fuerte que terminé haciendo todo lo que me decía: lujuria, mentira, desenfreno, borracheras, desobediencia, pereza para el estudio y para cualquier trabajo, ira con mis seres queridos y más… mucho más. En fin, es muy conocido de todos la esclavitud a la lleva la droga; y yo fui uno de tantos que cayó en sus redes.

Pero Dios, que escribe recto en renglones torcidos, me libró de aquella esclavitud en la que vivía. En diciembre de 1.999 (a los 21 años) conocí a los sacerdotes del Instituto secular "Servi Trinitatis", que trabajan en la parroquia Nuestra Señora de Itatí (Banfield oeste). Sus predicaciones sobre el amor de Dios manifestado en Jesucristo realmente pusieron en mí una realidad y una pregunta: "Cristo me amó y se entregó a la muerte por mí. ¿Qué vas a hacer vos por Él?". Pero lo que me ayudó a cambiar definitivamente fue ver el trabajo que hacían. Este trabajo es muy amplio, aquí va un breve resumen: catequesis para niños y adultos, visita a los enfermos, los comedores infantiles para los niños pobres, la construcción de mejores instalaciones en la parroquia y de las nuevas capillas, la atención a la parroquia y sus ocho capillas (la parroquia tiene unos 250.000 habitantes), el acompañamiento a los diversos grupos de la parroquia (Caritas, Legión de María, Alcohólicos anónimos, Acción Católica, Renovación Carismática, etc.) y muchas cosas más. Y todo esto para sólo dos sacerdotes. Yo me decía: ¡Qué generosidad, qué buenos son! Me gustaría ayudar a los demás como lo hacen ellos… ¿Ustedes creen que personas así pueden ser malas?

Así que me decidí a cambiar de vida, porque había descubierto y alcanzado la verdadera libertad. En abril de 2.000 ingresé en "Servi Trinitatis", la mayor alegría de mi vida por muchas razones, pero la principal es que de esta manera veo que amo a Jesucristo como Él me amó. Y unida a ésta están las otras: el respeto a mi libertad que siempre han tenido, ejemplo de ello es el momento en que decidí viajar a España (año 2.001, teniendo 23 años) para estudiar en el seminario. Yo estaba trabajando, soy técnico químico, y en esos momentos era una ayuda para los gastos en la casa de mi mamá. Siempre me indicaron, los sacerdotes de Servi Trinitatis, que era una decisión propia, algo que yo elegía libremente… y aquí estoy, en España. Y a mi familia a lo largo de estos años, gracias a Dios, no les faltó ni el techo ni la comida… incluso están mejor que cuando era un niño, recuerdo que siendo niño tenía que ir a pedir pan duro a los vecinos, para luego mojarlo en una taza de mate cocido, esa era, muchas veces, nuestra única comida. Parte del actual bienestar de mi familia es por ayuda de "Servi Trinitatis", que mensualmente da a mi mamá una cantidad de dinero para diversos gastos. Mas yo tampoco paso necesidad porque aquí me pagan todo, los estudios que realicé, el techo, la comida y las actividades recreativas y deportivas (campamentos, fútbol, excursiones, etc.).

Más razones. En el seminario, que está en España, descubrí un ambiente especial. Ya que el compartir la vida con personas de otras culturas te enriquece desbordantemente. En nuestro seminario hay personas de España, Argentina y Venezuela. Nos vamos comunicando las cosas propias de cada país: acontecimientos históricos importantes, lugares turísticos, comidas, deportes, música folklórica, gozos, penas y sobre todo compartimos nuestra fe y la alegría en Jesucristo. Así se crean lazos de amistad que hacen de "Servi Trinitatis" una comunidad de la Iglesia Católica fuerte y enamorada de Jesucristo, en quien creyeron libremente.

En mi caso particular encontré en una persona del Instituto un apoyo fundamental para mi vida. Ya que, siendo joven perdí a mi papá y poco antes de venir a España perdía a mi abuelo, mi segundo padre. Esta persona se llama D. Gratiniano Checa Colmena, que es para mí y para todos los miembros de "Servi Trinitatis" un padre, que siempre nos aconseja de forma correcta, un hermano, que cuida de todos con gran solicitud, y un amigo, que nunca nos falla.

Me gustaría escribir muchas cosas más, aunque creo que bastan estas para que ustedes descubran que en "Servi Trinitatis" uno está porque lo elige con total libertad, por tanto, uno puede salirse cuando quiera. También pueden descubrir que vivo de una forma digna, tanto material (comida, techo, ropa, estudios…) como espiritualmente (fe en Jesucristo y una amistad sana con compañeros y superiores). Y, por último, pueden observar que psicológicamente estoy bien, y que no fui estafado de ninguna manera.

Gracias por todo, especialmente a los que buscan la verdad y la justicia. ¡Qué Dios los bendiga! Adiós.

sábado, 4 de octubre de 2008

LA ARENA es diario masónico

sábado, 4 de Octubre de 2008,

EL PADRE HERNANDEZ , NATIVO DE TELÉN FUE ENTREVISTADO POR EL DIARIO LA ARENA QUE PUBLICA ESTA ENTREVISTA DONDE NO ES POSIBLE OCULTAR LO QUE EL MISMO MEDIO A COMETIDO AL OCULTAR TODA LA VERDAD DE LOS HECHOS, DESTACO EXPRESIONES CLAVE DEL PADRE HERNANDEZ :

Leí hace unos días un comunicado de las chicas que están allí adentro en Servi Trinitatis y nunca vi que LA ARENA publicara eso.

Pero publicó todo lo que es en contra de la iglesia.

noticias

"LA ARENA es diario masónico"

(Telén / Victorica) - Un sacerdote de Telén defendió públicamente a la secta católica Servi Trinitatis. Dijo que cada congregación religiosa "tiene sus reglas, normas y obligaciones".

Juan Hernández es un sacerdote nativo de Telén que desde joven vive en Africa. De vacaciones por el pueblo, concurrió a una radio local donde reflexionó sobre Servi Trinitatis y arremetió contra este diario al decir que "no deben comprar LA ARENA porque es un diario masónico".

"Fui a la radio a hacer una visita para saludar al pueblo como hago siempre. Me preguntaron qué sabía de Servi Trinitatis y traté de explicar que es una congregación religiosa. Les conté que cada una tiene sus reglas, normas y obligaciones y algunas son más exigentes que otras", dijo el prelado.

Las máximas autoridades de Servi Trinitatis, los curas Antonio Martínez Racionero y Ricardo Latorre Cañizares, están acusados de los delitos de reducción a la servidumbre y defraudación en perjuicio de las internas del instituto secular.

En diálogo con LA ARENA, aclaró que su congregación, la salesiana, es más abierta porque trabaja con la comunidad y con los jóvenes. "Hay otras que no, que son más cerradas, de oración y no salen a hacer apostolados afuera".

-¿Le parece adecuado que existen en estas congregaciones donde hay impedimento como darle un beso a una mujer u hombre según el sexo de la persona?

-Depende de las reglas y de las normas de cada congregación. Puede haber congregaciones que tengan esas reglas. Y bueno, es así.

-¿No le parecen exageradas esas normas de acuerdo a los testimonios de la causa Servi Trinitatis?

-Depende de los testimonios. Yo no sé si eso que dicen es verdad o no. Yo me guío por lo que sé y porque soy religioso.

-¿Por qué llamó a que la comunidad de Telén no compre LA ARENA?

-Yo lo que quise decir es que la gente no debe seguir lo que dice un diario, en este caso LA ARENA porque es de aquí de La Pampa, pero podría ser cualquier otro. Yo procuré explicar qué es una congregación religiosa, para que a partir de eso cada uno pueda sacar sus conclusiones.

-Pero lo que informa este diario está en la causa judicial.

  • -Pero no sé si son verdaderos o no. Ahora si esos chicos salieron y están resentidos puede ser.
  • Yo entré y hoy estoy feliz, y sé que esos chicos que están adentro están felices.

· Leí hace unos días un comunicado de las chicas que están allí adentro en Servi Trinitatis y nunca vi que LA ARENA publicara eso.

· Pero publicó todo lo que es en contra de la iglesia.

· Yo les he dicho a los padres de esas chicas que deben estar felices porque sus hijas allí están felices. He visto padres que están mal porque siguen más al diario LA ARENA que lo que dice la iglesia. Acá hay que explicar y entender bien lo que es una congregación religiosa.

-¿Una congregación contempla aislar a los jóvenes de sus afectos y del grupo familiar?

-No sé si es tan así. Las congregaciones de clausura cada tanto tienen relación con sus familias. La chica de Telén que está en España (Cuenca) de tanto en tanto se comunica con sus familiares.

-¿Y le parece bien que luego de cuatro años en el reencuentro familiar una hija no pueda darle un beso al padre porque es varón?

-No sé si eso es una norma de la congregación. Puede que sea.

-Y si es una norma ¿a usted le parece bien que sea así?

-No es que yo tenga que estar de acuerdo en todo. Salgo en defensa de la congregación religiosa, me parece que Servi Trinitatis es un instituto aprobado por el Obispo.

Creo que las personas que entran ahí son libres. De todos modos, con respecto a tu pregunta es algo para analizarlo. Y si fuera así, y es feliz en la congregación en donde está, hay que respetarla. ¿Por qué vamos a ir con reglas desde afuera? Yo me guío con las normas del respeto, saber respetar.

A través de LA ARENA se han separado a los padres de los hijos.

-¿No le parece una contradicción? Usted dice que los separa LA ARENA pero si una chica luego de no estar cuatro años con su familia viene y no le da un beso al padre, ¿quien está separando, no le parece que es la iglesia?

-Bueno si, pero el diario ha destruido muchas familias. Dejalo... si esa es una cuestión de la iglesia, qué la iglesia se las arregle. ¿Por qué sacar todo esto, quién se beneficia?

-El rol de los medios es comunicar las cosas que suceden.

-Si,

pero hay que ver desde qué punto los periodistas ven esto, ¿lo ven desde el lado religioso?

-¿Por qué dijo que LA ARENA era un diario masón?

Porque es un diario que constantemente está en contra de la iglesia.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Ensordecedor silencio” de los medios sobre la tragedia india
Bolonia (Italia), 22 Set. 08 (AICA)

Arzobispo de Bolonia, Card. Carlo Caffarra

Arzobispo de Bolonia, Card. Carlo Caffarra

El arzobispo de Bolonia, cardenal Carlo Caffarra, denunció el "ensordecedor silencio de los medios, más preocupados por los osos que por los cristianos", durante la jornada de ayuno y oración convocada por las diócesis italianas en solidaridad con los cristianos perseguidos en el estado indio de Orissa.

En su homilía en la catedral de Bolonia, el cardenal afirmó que "la grandeza del mártir desenmascara la pobre desnudez del relativismo", y animó a los fieles a "compartir con el ayuno y la oración la misma pasión de los que son perseguidos por el nombre del Señor".

El purpurado denunció el "ensordecedor silencio de los medios de comunicación (excepto los católicos) hacia estas graves violaciones de los derechos fundamentales de la persona, el derecho a la vida y el derecho a la libertad religiosa".

"Este ‘silencio ensordecedor’ nos ofrece materia de profundas reflexiones", comentó el cardenal Caffarra, y se preguntó seguidamente "por qué la gente se preocupa más por la suerte de los osos polares que por los hombres y mujeres culpables sólo de haber elegido la fe cristiana".

Según el arzobispo de Bolonia, este comportamiento se debe a que "el martirio molesta gravemente a quien cree que en el fondo todo es negociable; a quien niega que exista algo sobre lo que no se pueda disponer o que no pueda ser mercantilizado".

"El mártir -añadió- exalta la dignidad de la persona de modo que sólo puede ser censurado por quien piensa que, al final, el hombre es sólo un fragmento corruptible de un todo impersonal. La grandeza del mártir desenmascara la pobre desnudez del relativismo".

El cardenal recordó la vida y enseñanzas de Jesús, que murió en la cruz para salvar a los hombres, y explicó que "nuestros hermanos indios están recorriendo el camino del Señor".

"Ellos son el grano de trigo que, caído en tierra india, traerá mucho fruto -prosiguió-. Ellos son conscientes de que es mejor, si así lo quiere Dios, sufrir obrando el bien antes que haciendo el mal".

"Estos hermanos y hermanas perseguidos -concluyó- nos están dando la enseñanza más grande sobre el hombre, sobre su dignidad, sobre su altísima vocación". Por esto, "nada nos turba, sino que adorando solo a Cristo en nuestro corazón, estamos dispuestos siempre a responder a quienes nos pidan razones de nuestra esperanza".+


Recrudece la violencia contra los cristianos en la India

Nueva Delhi (India), 22

Set. 08 (AICA)

INDIA: Varios fieles, entre ellos mujeres y niños, fueron golpeados por los violentos

INDIA: Varios fieles, entre ellos mujeres y niños, fueron golpeados por los violentos



























Lejos de amainar, los actos de violencia contra los cristianos se extendieron a otros estados indios, según un comunicado de la Conferencia Episcopal Católica India (CBCI), difundido por la agencia Zenit.

El pasado domingo -informa Zenit-, varias iglesias y centros de culto cristianos fueron atacados en Mangalore, Udupi y Belthangady (Karnataka), presuntamente a manos de activistas del Bajrang Dal. En la capilla católica de Milagres un crucifijo y una imagen de san José fueron hechas pedazos.

En total, 13 centros recibieron ataques, de los cuales 4 católicos, y varios fieles, entre ellos mujeres y niños, fueron golpeados por los asaltantes. En esta ocasión, el punto de mira estuvo dirigido a las iglesias pentecostales, a las que el Bajrang Dal acusa de promover las conversiones.

Se trata de los ataques más graves registrados en los últimos días tras la tragedia de Orissa. Siete personas, incluyendo a dos pastores protestantes y una monja católica, recibieron heridas de distinta consideración.

Pocas horas después de conocerse los ataques, miles de cristianos se manifestaron en protesta en Mangalore, cortando varias rutas, incluso la autopista 17, y fueron brutalmente reprimidos por la policía.

En Madhya Pradesh, la iglesia Masihi Mandir, de la Iglesia del Norte de la India (protestante) fue atacada y quemada.

Según afirmó a la agencia Asianews el padre Dibyasingh Parichha, portavoz de la diócesis de Cuttack-Bhubaneshwar, el pasado domingo 14 de septiembre "fueron incendiadas 12 casas de cristianos en el pueblo de Makabali, más otras dos en Debari y Murudikupuda. El lunes fue asesinado un cristiano cerca de Raikia".

También en el vecino estado del Kerala, en el distrito de Kasargode, se registró un asalto contra un asilo católico durante la noche del 14 al 15 de septiembre.

Por otro lado, en el epicentro de la violencia, el estado de Orissa, continúan los ataques. El reverendo Patnayak, del “Orissa Missionary Movement”, denunció que la noche del sábado 13 varias iglesias ardieron en Anchhla, Borigumma y Koraput.

En un comunicado emitido por la Conferencia Episcopal y firmado por el portavoz, Babu Joseph, los obispos católicos condenan los ataques en Karnataka, y piden a las autoridades que hagan lo posible por detener la violencia.

El presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Varkey Vithayathil, expresó su dolor y estupor por los ataques contra los cristianos, y afirmó que éstos "son la prueba de la creciente intolerancia de ciertos sectores de la sociedad, que desafían descaradamente los derechos constitucionales de los ciudadanos de este país".

"Les pedimos que desistan de provocar a las minorías cristianas y que sigan un camino de diálogo y dignidad al abordar las cuestiones sociales, religiosas y políticas".

Los obispos insisten en que los ataques no fueron provocados: "la comunidad cristiana se comportó hasta ahora de forma pacífica, incluso en situaciones de extrema provocación, lo que no debe entenderse como debilidad, sino como opción por los principios de una convivencia civilizada".

Insisten en rechazar las acusaciones de proselitismo, ya que la comunidad cristiana "continúa ofreciendo sus servicios a todos los sectores de la sociedad india sin discriminación alguna".

"Las acusaciones infundadas de conversiones fraudulentas se deben a los intereses de grupos empeñados en polarizar a la sociedad según sus creencias religiosas. Nosotros, como ciudadanos responsables de la India, no sucumbiremos a estas tácticas que buscan la división", añaden los obispos.

Por otro lado, el arzobispo de Bangalore, monseñor Bernard Moras, en su nota de condena de los ataques, hizo un llamamiento a la unidad de los cristianos en estos momentos. "Ha llegado el momento de que los cristianos se unan y crezcan en fuerza", afirmó.+


jueves, 18 de septiembre de 2008

Amenazan de muerte a médico por oponerse al aborto


Se solidarizan con el médico amenazado por oponerse al aborto

Buenos Aires, 18 Set. 08 (AICA)

Doctor Rafael Pineda, director del Departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral

Doctor Rafael Pineda, director del Departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral

El Consorcio de Médicos Católicos y la Sociedad Argentina de Etica Médica y Biológica (SAEMB) se solidarizaron con el doctor Rafael Pineda, director del Departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral, quien recibió amenazas de muerte a través de su correo electrónico por haberse expresado públicamente contra el aborto y en defensa de la vida por nacer.

“En un todo de acuerdo, este Consorcio que agrupa a los médicos católicos del país manifiesta su más enérgico rechazo a este tipo de manifestaciones, estableciendo la firmeza de la defensa de la vida desde su concepción, independientemente de seudotemáticas psicológicas que se esgrimen para lograr de esta forma que el aborto sea una forma de asesinato concertada y pactada de la sociedad”, subraya en una carta de lectores publicada en el diario La Nación, con la firma de su presidente, doctor Alejandro Nolazco, el vicepresidente, doctor Ernesto Beruti; y el secretario, Antonio Catalán Pellet.

En tanto, la SAEMB apoya al médico que “defendió la vida del nascituro, cuando opinó sobre el caso de la niña de 12 años, embarazada en la provincia de Mendoza”, y celebró la decisión judicial “en defensa del no nacido”.

“Es un triunfo de la defensa de los derechos, el del derecho a la vida. Esperamos que no haya más amenazas sobre los ciudadanos argentinos que libre y responsablemente opinan, ejerciendo sus derechos. Solicitamos que los legisladores declaren al aborto como delito de lesa humanidad, dado que el abominable crimen del aborto es un ataque sistemático, sobre la población civil, inocente, sin juicio previo, efectuando la ‘desaparición forzada de personas’, en tiempos democráticos, por la influencia de la cultura de la muerte en el nuevo orden mundial”, subraya la organización en un comunicado con la firma de los doctores Luis Ravaioli, presidente, y Juan José Dal Lago, secretario.

Amenazas
El doctor Pineda había expresado que “una violencia, como el abuso sexual, no se soluciona con otra violencia mayor, que implica la destrucción de una vida”, y por esa afirmación fue amenazado de muerte.

Según se informó, recibió un correo electrónico con el título “vas a ser boleta Pineda, revertí esta situación” en el sitio web del Hospital Universitario Austral, con los datos de una persona diciendo ser Carmela Lezcano.+

miércoles, 17 de septiembre de 2008

La Justicia mendocina rechazó un pedido de aborto

La Justicia mendocina rechazó un pedido de aborto
Mendoza, 17 Set. 08 (AICA)

El titular del Juzgado de Familia N°1, Germán Ferrer, resolvió

El titular del Juzgado de Familia N°1, Germán Ferrer, resolvió "no autorizar la interrupción del embarazo" (foto: Telam)

El juez de Familia de la provincia de Mendoza, Germán Ferrer, rechazó la autorización para practicarle un aborto a una niña de 12 años que quedó embarazada tras ser violada por el concubino de su madre, quien fue la que solicitó matar al bebé.

En una conferencia de prensa, el magistrado consideró que el aborto podía llevarla a graves trastornos psiquiátricos a futuro, un trastorno de personalidad severo o patologías psiquiátricas irreversibles como la psicosis.

Ferré afirmó que la menor tomó la decisión de tener al bebé antes de que se le acercara información sobre el aborto, el embarazo y la maternidad. Tras ser informada ratificó su decisión.

“Se nos llamó para resolver el caso concreto de una niña a la que le han destrozado su inocencia y vida sexual, y el drama de un ser humano en formación que dependía de la resolución de terceros”, dijo el juez.

“Los peritos llegaron a la conclusión de que el deseo sostenido de la niña era que el feto no sufriera ningún daño y que deseaba seguir cursando el embarazo”.

“La niña queda bajo la guarda de la abuela, vivía con la abuela y fue criada prácticamente por la abuela que es el referente materno de la niña”, explicó Ferré.

El caso tomó estado público a fines de agosto cuando la madre de la menor violada solicitó autorización a la justicia para que le practiquen el aborto, después se supo que el violador había sido su concubino. El tío de la niña lo había denunciado por maltrato hacia la menor en abril de este año.+

Derecho a cristiana sepultura de los niños por nacer


Derecho a cristiana sepultura de los niños por nacer

San Luis, 17 Set. 08 (AICA)

Piden que los niños no nacidos también reciban cristiana sepultura

Piden que los niños no nacidos también reciban cristiana sepultura

El concejal Santiago Saín, del Bloque Participación Vecinal, presentó en el Concejo Deliberante de la ciudad de San Luis, al que él pertenece y que preside Oscar Adolfo Di Sisto, un original proyecto de ordenanza que no tiene antecedentes legislativos en la Argentina.

El proyecto propone, en primer lugar, que la ciudad se adhiera a la ley provincial por la que se declara el 25 de marzo como "Día de los Derechos del Niño por Nacer".

Luego propone que el municipio promueva, por el área municipal que corresponda, a través de actividades de difusión, información y educación, tendientes a resaltar la importancia de preservar la vida desde la concepción hasta su muerte natural, a la concientización de los padres que sufren la pérdida del niño antes de nacer, que tendrán el derecho de requerir los restos de sus hijos al nosocomio correspondiente para darles cristiana sepultura, interrumpiendo su comercialización.

El Municipio a través del área de Desarrollo Social y Humano deberá brindar ayuda psicológica y cualquier otra asistencia que la muerte de un niño por nacer requiera, y considerar la posibilidad de destinar un lugar adecuado en los cementerios municipales para la sepultura de los niños fallecidos antes de nacer, producto de abortos terapéuticos.

Fundamentos
El concejal Santiago Saín fundamenta su proyecto en una serie de consideraciones que anota en los siguientes términos:
“Que somos quienes somos porque en un primer momento fuimos esa primera célula humana y que estamos hablando no de un ser humano en potencia sino de un ser humano con potencialidades, siendo el cigoto, embrión, feto, bebé, niño, adolescente, adulto y anciano simplemente etapas evolutivas de un mismo ser.

“Que es imprescindible reconocer a los restos fetales -fruto de procedimientos quirúrgicos terapéuticos- como humanos, ante una legislación que los considera como tales y a pesar de que permite que puedan ser comprados y vendidos a laboratorios, crear impedimentos para que no sean considerados una mercancía, en nuestra ciudad.

“Que esa comercialización de fetos abortados, podría dejar de realizarse entregando los restos a los padres que así lo soliciten, para darles cristiana sepultura en los cementerios municipales en un lugar adecuado y acondicionado ad hoc.

“Que analizando situaciones análogas, históricamente la consideración como seres humanos de estos restos en los Estados Unidos fue a partir de la presidencia de Ronald Reagan quien -después de una larga batalla en las Cortes entre el Condado de Los Ángeles (California) y la industria del aborto- logró que 16.433 cadáveres fueran enterrados en un cementerio de la ciudad, el 6 de octubre de 1985. Durante el entierro, se llevó a cabo un servicio de oración en el cual participaron funcionarios públicos, clérigos y otros ciudadanos. Todos los sarcófagos fueron enterrados mientras ante la presencia de un funcionario público se rezaba un responso.

“Que hace apenas unos días, el 8 de septiembre de 2008, en el Distrito Federal de México, se acaba de crear, dentro del principal cementerio de la capital azteca, un lugar para depositar los restos de fetos abortados terapéuticamente, que es un espacio creado a petición de la madres y abarcará doscientos metros cuadrados, con una capilla y un espacio donde se alojarán los restos humanos.

“Que si bien no hay expresa legislación nacional al respecto sólo proyectos de ley referidos a los Derechos del Niño por Nacer, como el presentado por la diputada nacional Eusebia Jerez de Sosa, refrendado por la firma de una gran cantidad de legisladores pertenecientes a diferentes bancadas, inclusive legisladores de nuestra provincia, existe un reconocimiento por parte de la legislación a esta temática”.

Luego aporta diversos argumentos de tipo jurídico, y un conjunto de normativas internacionales, nacionales y provinciales, que reconocen que desde el mismo momento de la concepción existe un nuevo ser humano sea viable o no, con derechos y garantías, porque la vida humana por más pequeña que sea, tiene el derecho dado por Dios de ser protegida por la ley, debiendo ser respetado, en una misma línea argumentativa, si se produce la muerte del ente.

Más información puede pedirse al concejal Santiago Saín a los teléfonos (02652) 43-4006, o (02652) 15.58-0975, o al correo electrónico:
concejalsantiagosain@hotmail.com.

Autoridades persiguen a periodistas

Controversias

.- Mientras miles de católicos en Hanoi, capital de Vietnam, continúan sus protestas pacíficas para lograr la devolución de las propiedades confiscadas por el gobierno comunista, la policía local ha iniciado una campaña contra periodistas extranjeros que dan a conocer estos y otros hechos.

Según informa Catholic News Agency (CNA) "el gobierno ha dedicado buena parte del mes pasado a usar su influencia en los medios oficialistas para diseminar falsas acusaciones, difamar a fieles, sus sacerdotes y a la Iglesia toda".

CNA precisa que falsos sacerdotes y personas que ni siquiera son católicas han utilizado la radio, la televisión y los diarios para este tipo de ataques.

Asimismo, dado que los intentos de las autoridades para acallar las protestas de los católicos vietnamitas no han dado resultados "cuando se refiere a agencias de noticias internacionales, como CNA, la policía de Vietnam ha hecho que informar a través de Internet sea un delito y ha comenzado a perseguir a periodistas católicos".

Un periodista que pidió quedar en el anonimato por razones de seguridad, indicó a CNA que "estaba tratando de enviar un e-mail, cuando la policía entró. Revisaron el historial de Internet de la persona que estaba a mi costado. Incluso lo obligaron a entrar a su cuenta de Gmail para una 'inspección de seguridad'".

CNA señala también que el gobierno vietnamita está "monitoreando de cerca los informes que tienen alguna relación a las protestas". "Te ganas un buen problema si tu historial incluye Asia-News, Catholic News Agency (que forma parte del grupo ACI), Catholic World News, Independent Catholic News, VietCatholic News, Zenit... solo por mencionar algunos", advirtió la fuente.

jueves, 11 de septiembre de 2008

JESÚS VUELVE A SER JUZGADO EN “SERVI TRINITATIS”

JESÚS VUELVE A SER JUZGADO EN “SERVI TRINITATIS”
La historia, a veces, se repite llamativamente. Invito a mis lectores a que realicen
el saludable ejercicio de iluminar el tiempo presente con la luz que arrojan los hechos ya
sucedidos. Dejar que el recuerdo de aquello que ya pasó nos enseñe a reconocer en la
actualidad el bien del mal, la verdad del error, la realidad de la mera apariencia. Puedo
asegurar a quien se inicie en esta sana ocupación los más sorprendentes y beneficiosos
resultados.
Para una mirada mínimamente atenta, los acontecimientos que se han
desencadenado, hará cosa de tres meses, en la ciudad argentina de Santa Rosa
(provincia patagónica de La Pampa), reproducen sospechosamente el proceso que hace
dos mil años terminó con la vida de Jesús de Nazaret, el rabbí acusado y condenado por
blasfemo. “Nada hay nuevo bajo el sol”, sentencia la sabiduría bíblica. No creo que a
ningún observador avezado se le escapen las similitudes entre la persecución jurídica y
mediática contra los dos sacerdotes del Instituto Secular “Servi Trinitatis” y la trama
que llevó a la cruz a aquel hombre inocente. Permítaseme, en atención a los menos
despiertos, ilustrar la cuestión ofreciendo si quiera unas rápidas pinceladas con mis
torpes y limitadas palabras.
Cristo era culpable, sí. Su falta consistía en resultar molesto (muy molesto) para
los dirigentes judíos. Su mensaje resultaba hostil para un mundo y para una mentalidad
en la que algunos, tomando como pretexto el nombre de Dios y la observancia estricta
de la ley, obedecían en realidad a sus propios intereses egoístas. Eso despertó un odio
visceral en la clase damnificada por la predicación del Maestro, una inquina rayana en
lo satánico contra aquel personaje incómodo, valiente, recto e insobornable, que fue
siempre el “hijo del carpintero”. Apenas había salido de su hogar (“¡aquellos días
azules y aquel sol de la infancia!”), y ya era despreciado y humillado por sus coetáneos.
¿Recuerdan aquellos epítetos? Si acudía en busca de los extraviados, lo llamaban
“comilón”, y “borracho”, y “amigo de rameras”. Si curaba a los poseídos, lo señalaban
como “hijo de Belzebú”. Si convencía con la fuerza de la verdad (Él mismo era la
Verdad), lo descalificaban diciendo que era un “embaucador”. Si hacía bien a la gente
humilde, despertaba por ello la envidia de sacerdotes y letrados. Incluso sus oídos
llegaron a escuchar la petición de unos gerasenos para que abandonara su territorio y “se
marchara a otro lugar”, pues su misericordia, siempre difusiva, se había atrevido con el
espantoso crimen de haber devuelto la paz y la salud a un joven paisano endemoniado.
Tal vez, su verdadero delito fue ser demasiado bueno para un mundo tan malo
como el nuestro. ¿Para qué necesitamos nosotros a Dios? Tampoco aquellos hombres
perversos aceptaban lo que sólo Jesús les podía ofrecer. Y poco a poco, en la penumbra
de los corazones retorcidos, en el silencio de los cuartos oscuros, fue urdiéndose la
conspiración contra el Santo de Israel.
Sus adversarios hallaron un cómplice mercenario entre sus discípulos. Un tal
Judas Iscariote… Alguien que había comido a su mesa, que se había ido endureciendo
con el paso del tiempo y cuyo espíritu acabó metalizándose con el deseo de tener
dinero: un embustero, un falso, un ladrón de bolsas descuidadas. Un pusilánime que
aprovechó la paciencia infinita de Jesús para robar y traicionar, un confidente de sus
secretos más íntimos. ¡Un amigo del Señor…!
Este tipo de conjuras se preparan siempre despacio… Pausadamente, sin dejar
margen para la improvisación. Calculando los plazos y los movimientos. La de Cristo
duró tres años. Hasta que todo estuvo bien dispuesto y diseñado. Porque no podían
fallar. Sabían que el pueblo estaba con Él. Es más: la conciencia de algún fariseo
tampoco podía descansar tranquila. ¿Qué mal había cometido aquel hombre? Daba
igual. Tenía que morir, había dicho Caifás, condenando al preso antes de esperar la
solución de las autoridades romanas.
Quizás el Señor se hubiera salvado de haber encontrado jueces ecuánimes y
valientes. No le cupo esa suerte.
Poncio Pilatos no pensaba en hacer justicia, sino en cuidar su imagen y su
posición. Sabía que Jesús era inocente. Alguien se lo había dicho (su propia mujer), y él
mismo lo había comprobado indagando en la causa. “No hallo ningún delito en este
hombre”, hubo de confesar. Conocía las mentiras contra el reo, descubrió la intención
depravada y pervertida de los acusadores, y como respuesta, sólo supo lavarse las
manos: un gesto (maldito gesto), que ha quedado para siempre grabado en la memoria
de la humanidad como expresión de cobardía y de respetos humanos, de reconocer el
mal y mirar después para otro lado. Entre tanto, y hasta que llegó el terrible momento de
la sentencia inicua, permitió que el acusado fuera vejado por su cohorte de soldados y
por una plebe siempre ávida de presas. Porque a los perros no les importa de quién es la
carnaza.
Abandonado por sus apóstoles, fue entregado para una Pasión inhumana.
¿Dónde quedaban los enfermos a los que había curado, los desesperanzados que habían
recuperado el camino de la alegría, los tristes que habían sido consolados por Jesús?
¿Qué había sido de aquellas multitudes hambrientas, que habían saciado sus cuerpos y
sus almas con el pan y la palabra del Galileo? También ellos se habían marchado. Unos,
llevados sin duda por el miedo, prefirieron esconderse en el silencio de la
muchedumbre. Otros, convencidos o comprados por los escribas, acudieron a la plaza
que daba al Pretorio para clamar a voz en grito: “¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Su sangre
caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos”. Y así, quizás con unas cuantas monedas,
quizás con amenazas o con desprecios, presos de la locura que se apodera de los
inconscientes, aquellos infelices judíos maldijeron y rechazaron a su Mesías. Hasta el
día de hoy. Porque los profetas que Yahvé envía siempre son perseguidos y
calumniados. Y finalmente condenados.
De un juez a otro, de Pilatos a Herodes, ninguno quiso posicionarse ni dar la cara
por Cristo. Ambos conocían sobradamente la falsedad de las denuncias, pero ¿de qué
sirve ser inocente, cuando ya todo está preparado? Les quemaba en las manos un
proceso como aquel, y no veían la manera de librarse definitivamente de él. Y es que
cuando lo mejor del corazón humano se ha entumecido, sólo queda la mofa y el
espectáculo. La chacota de los mezquinos. Había que humillar públicamente al Maestro,
al hombre en otro tiempo poderoso en obras y palabras, que atraía las miradas de los
niños y de las personas sencillas y que había tenido la osadía de llamar a Dios “Papá”.
Dar, en definitiva, circo a los que pedían y querían circo.
Sobre un escenario semejante, los actores hicieron su aparición: fariseos,
populacho, escribas y sacerdotes, legionarios y gobernadores, reyes y levitas, todos se
aliaron en su propósito por acabar con el Ungido. Una causa común es capaz de unir a
los rivales más encarnizados. Fuera por dinero, fuera por ambición, fuera por soberbia,
las voces todas de aquel tumulto salvaje se entrelazaron unas a otras para bramar:
“¡Fuera, fuera! Ese hombre tiene que morir”. Y no enmudecieron hasta conseguir sus
propósitos malsanos.
Entre tanto, Jesús sólo miraba. La Palabra no hablaba. “Enmudecía y no abría la
boca”. Miraba a su pueblo, al que tanto había amado y por el que tanto se había
sacrificado. Y callaba. ¿Qué se le podía decir a una humanidad que estaba condenando
por blasfemo al Hijo de Dios, a la Santidad misma de Dios? Los manipuladores,
entonces y ahora, saben cómo remover los instintos más bajos del vulgo. Siempre han
intentado que pareciera cierto lo que es falso, y justo lo que es un atropello. Desde
entonces, desde que aquellos acontecimientos tuvieron lugar, los hombres sabemos de
qué somos capaces cuando dejamos espacio en nuestro interior al odio y al rencor.
Lo acaecido en La Pampa discurre por cauces similares. El mismo modus
operandi. El mismo procedimiento. ¿La misma finalidad? Ojalá estas palabras sirvan
para rasgar vendas y ayudar a ver mejor.
En este caso, dos hombres. Sacerdotes, como Jesús, inocentes. Como tú, lector
tal vez mal informado. Unos curas que han sido durante trece años apreciados por una
sociedad, la santarroseña, que ha descubierto en ellos unos padres, unos guías y unos
testigos de Cristo. Esparcían la semilla al viento, y sembraban en las almas la Palabra
salvadora del Evangelio. ¿Alguien, antes de la denuncia de la que son objeto, podía
acusarles de alguna actitud que desdijera de su vocación o de su misión sacerdotal?
“Por sus frutos conoceréis el árbol”. La Catedral ofrecía con ellos una afluencia
de fieles como nunca antes se había conocido. La vida cristiana milagrosamente se
había reactivado, por obra y gracia de dos simples hombres, que dejaron hacer a Dios.
Hoy, cuando el ambiente social está enturbiado por una prensa tan sectaria y de tan poca
categoría ética, profesional y literaria, muchos pueden quedar desorientados. Sin
embargo, quien ha tenido ojos en la cara para observar durante más de una década el día
a día de estos padres, así como la situación que había antes y después de su llegada, no
pueden llevarse a engaño. Porque contra los hechos que hemos visto, de nada valen los
argumentos que ahora nos quieren presentar. Y la verdad, digan lo que digan, es que el
pueblo también estaba con ellos, y que la fe arraigaba más y más en la tierra no muy
fecunda de los pampeanos.
Sin embargo, junto con esa simiente del Reino que se desparramaba
copiosamente, iba creciendo también la cizaña. Al principio, nunca se la ve. Pero estaba
ahí. Como pasaba con Jesús: envidias, deseo de acumular riquezas, doblez y
simulación.Y finalmente, la felonía manifiesta a la vista de todos.
La afrenta se proyectó con sigilo: murmuraciones, intrigas a media voz, rumores
desperdigados aquí y allí con maledicencia, enredos y manejos ocultos, reuniones
clandestinas y furtivas en las que iba cerrándose el cerco contra los padres y gestándose
la conjura para acabar con ellos. Había que ultimar hasta el más mínimo detalle, porque
tampoco ellos podían errar el intento. Contaban, los sacerdotes, con el crédito de una
vida gastada por Dios y por las almas, todo lo cual les había hecho ganar el respeto y la
confianza de la mayor parte de la comunidad.
También en esta historia hay conspirador. O conspiradores. Con nombre y
apellido. Algunos, ahora, andan por ahí dando ruedas de prensa. Entonces maquinaban
ocultamente, como Judas… Con la mentira como bandera. Aparentando lo que no eran.
Escribiendo lo que no sentían. Tapando lo que no estaba enfermo, y aprovechando la
bondad de muchos para simular, robar y difamar.
Ahora ya tienen a los padres donde querían: ante los tribunales. ¿Cobraron sus
veinte monedas? Unos ya lo han hecho, a buen seguro. Otros aguardan, como los buitres
carroñeros, hasta que les llegue la hora de lanzarse a recoger los despojos. Y si esto no
sucede, si la Justicia merece su nombre y detiene este desvarío, entonces se tragaran
unos a otros, como hizo Saturno con sus propios hijos. Y tú, lector amigo, serás testigo
de ello.
¿Los delitos, en este caso? Calumnias, como se hizo con Jesús. A Cristo, le
procesaron por blasfemo y soliviantador. A los sacerdotes, por manipuladores y por
estafadores. Distintas acusaciones, una misma mentira. Llevados de un lugar a otro, de
un juzgado a otro. Magistrados que se desentienden de esta causa, y que, entre tanto,
exponen la fama de los imputados a la tiranía de los medios hostiles, a la violencia de
los que no tienen escrúpulos, a la habladuría de los maledicientes. Jueces que no quieren
asumir su responsabilidad, y que se zafan para no buscarse problemas.
La consecuencia, querida por los perseguidores, ha sido prender la mecha que
arrasara el bosque. Porque hay muchos que sólo necesitan una excusa (aunque sea
falsa), para ganar efectivos entre los enemigos de la Iglesia, para criticar lo que no
conocen y para mofarse de lo que nunca han respetado. Estos adeptos son de la misma
calaña que la de los personajes que gritaron pidiendo la muerte de Jesús. Gente
fácilmente manipulable, a través de una opinión pública adulterada.
Una ofensiva contra la Iglesia, que ha unido intereses contrapuestos: para unos,
el objetivo será el dinero; para otros, el descrédito de los padres; para los últimos,
simplemente, la eliminación de quienes no se dejaron nunca corromper. No se trata de
nada diferente. Resulta casi gracioso que los denunciantes contra los sacerdotes,
últimamente, se refieran a sí mismos con el sobrenombre de “católicos”. También los
fariseos que crucificaron a Cristo se llamaban y se creían “observantes y buenos judíos”.
Pero, tanto en un caso como en otro, volvemos a encontrarnos con un engaño. Y
déjenme que les ayude a comprenderlo.
¿Quién está detrás de la campaña contra los padres? Personalidades sin duda
preocupadísimas y sobradamente comprometidas en el amor a la Iglesia.
En primer lugar, destaquemos al abogado Omar Eduardo Gebruers, un letrado
que presume altaneramente de ser “ateo practicante” y de acusar a la jerarquía católica.
Nos estamos refiriendo al representante y al vocero de los denunciantes, que no sólo
arremetió en su día contra el anterior obispo de la diócesis (entre otros), sino que ha
llegado a protestar ya en una emisora de radio (y a lamentarse públicamente) del
proceder del nuevo purpurado, monseñor Mario Polli, cuando no llevaba todavía una
semana como Pastor en Santa Rosa (¡!). Desde luego, como modelo de docilidad a sus
ministros, estos “católicos” dejan bastante que desear.
Tras este individuo, se destacan unos noticieros anticlericales encabezados por el
periódico “Clarín”, conocido por sus simpatías relativistas, y seguido muy de cerca por
los rotativos “La Arena”, “El Diario de La Pampa”, o el “Diario Textual”, ejemplos de
sectarismo y de parcialidad que difícilmente ofrecen parangón en toda la prensa
mundial. En la Facultad de Periodismo se debería enseñar a los futuros reporteros el
cultivo y el amor por la verdad. En los medios antes señalados, lamentablemente, no se
encontrará rastro de todo eso. Ni de casualidad. Allí, lo importante es atacar la fe
cristiana. Que lo reproducido sea cierto o no lo sea, ya importa menos. ¡Y pobre de los
que no piensen según sus consignas! Porque hablan de libertad, cuando sólo saben
practicar y promover el servilismo.
En tercer lugar, grupos sociales tales como “Mujeres para la Solidaridad”, cuya
“fidelidad” a la doctrina católica se puso de manifiesto hace tan sólo unos meses,
cuando apoyaron en La Pampa una Ley despenalizadora del aborto. Ya saben: ese
terrible crimen que consiste en la eliminación de vidas humanas indefensas, y contra el
que, ¡oh casualidad!, los sacerdotes acusados se posicionaron abiertamente.
No podemos dejar de mencionar aquí, en esta lista de “irreprochables” hijos de
la Iglesia, a un cura de la diócesis cuyo sentido de comunión y de obediencia le llevó a
pronunciarse públicamente contra su anterior obispo, haciéndole culpable, por omisión,
de las falsedades que él mismo atribuyó a sus hermanos en el sacerdocio. Me resisto a
escribir su nombre: presumo de una delicadeza sensiblemente mayor que la suya.
Además, entiendo más cortés y tal vez más desagradable para un hombre como él,
mortificarle con lo que antiguamente se daba en llamar la damnatio memoriae: el
castigo del olvido para los que no merecen ser recordados. ¿Cuánto tardará en arremeter
este cura contra su actual prelado? No podría decirlo.
En España, distintos medios se han hecho eco también de la noticia. ¿Cuáles?
Antes que ninguno, un adversario irreconciliable y declarado de la Iglesia, el periódico
“El País”, que entre otros muchos logros (no se pueden enumerar ahora todos), pasará a
la historia por haber criticado el pontificado de Juan Pablo II el día siguiente a su
fallecimiento y que, en la actualidad, está comprometido en promocionar la propuesta
del Gobierno Socialista de José Luis Rodríguez Zapatero que pretende aprobar el aborto
libre y el “suicidio asistido” (la eutanasia) en toda la nación hispana.
Entre las televisiones europeas, sólo la Sexta ha recibido la información que
llega desde el otro lado del Atlántico. Las demás cadenas, de momento, están más
interesadas en noticias que sean verdaderas. La Sexta es sin duda la principal emisora
anti-cristiana del país, con una programación en la que abundan agresiones sistemáticas
contra los creyentes (incluyendo blasfemias explícitas cuya diana es el mismo Señor),
contra la Iglesia (burlándose del Santo Padre y de los demás obispos y cardenales), y
contra el buen gusto de una persona normal (tolerando en su parrilla de transmisiones,
anuncios y programas pornográficos y chabacanos).
Y las preguntas, ahora, surgen espontáneas: ¿Alguna vez estas personas o estos
medios han procurado defender y proteger la fe católica? ¿Acaso ahora ser católico
significa defender el aborto, despreciar al Papa, acusar falsamente a los obispos y a los
sacerdotes, negar la existencia de Dios y fomentar la promiscuidad y las fornicaciones?
Y cayendo ya a las personas concretas: ¿alguien ha escuchado o leído en algún medio
de comunicación a los dos padres imputados, despreciando o denigrando a sus
perseguidores, tal y como hace asiduamente la parte contraria? ¿Quién se identifica
aquí con el Jesús callado de la agonía y quién con los acusadores enloquecidos y
desmedidos que lo crucificaron? ¿Puede establecerse comparación entre la vida de los
dos sacerdotes acusados (irreprochable, según el sentir general) y la de cualquiera de los
denunciantes?
Y después de todo lo anterior, se hace inevitable la última cuestión: ¿quiénes,
nos quieren hacer creer, pasan por ser los malos de esta película de terror? A estas
alturas del relato, ya podemos imaginarlo. Sí: los pobres curas inculpados. Ellos son
los enemigos públicos, los delincuentes, los farsantes, los secuestradores, los captores,
los manipuladores, los defraudadores, los gurús despreciables que han sometido con su
sola palabra a unas cuantas mujeres. Y habrá que acabar con ellos, y con todos los que
son como ellos. Como antes hicieron con Cristo. Porque “si a mí me han perseguido,
también a vosotros os perseguirán”. Y porque, en ocasiones, y misteriosamente, el
sufrimiento de los inocentes redime la codicia y el odio de los que son culpables. Como
también hizo nuestro Redentor, tiempo atrás, sobre la madera de la cruz.
Deseo concluir con palabras cargadas de esperanza, porque el final no fue la
muerte del Maestro, ni la cobardía de unos, ni la mala voluntad de otros, sino la gloria
de la Resurrección. A pesar de las mentiras, aquel ajusticiado era inocente, y la última
palabra no la dijeron sus verdugos: la dijo Él, levantándose del sepulcro, vencedor. Aun
bajo la apariencia del fracaso más absoluto, Jesús había obtenido la victoria más
definitiva. ¿Dónde están ahora Anás, Herodes, Pilatos, Judas, Caifás y todos los otros
secuaces? ¿Y dónde queda Cristo?
El tiempo pasa muy deprisa, y la muerte nos llegará finalmente a todos. También
vendrá para los que acusan falsamente. Y cuando esta tierra y estos cielos pasen, unos
gozarán y reinarán para siempre, con Jesús, y otros (“espaciosa es la senda…”) penarán
por sus pecados también eternamente. Para los padres de Santa Rosa, es una verdadera
gloria el poder asimilarse de tal modo con la vida misma de su Señor. Porque el fuego,
que a otros hubiera consumido, a ellos está haciéndoles más fuertes, y una prueba como
ésta, que habría derrumbado a personas menos resistentes, hará de ambos sacerdotes,
forjados a golpe de mentiras y de infamias, hombres todavía más semejantes a su
Salvador.
La suerte está echada. “Los que confían en el Señor, no quedarán nunca
defraudados”.